relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

El gran mago

Bajo tierra mugen los bisontes. Cada vez que el hambre nos sacude, el hechicero entra en su oscuro santuario y en la roca representa un animal. Ha de pintarlos así, parados y de perfil, para que luego los hombres salgan al campo y los pillen desprevenidos. El gran mago los construye de tamaño natural y deja que la forma del techo de la cueva le sugiera el lugar y la posición en la que surgen. A mi me gustaría ver cómo lo hace, pero nadie salvo el propio sacerdote puede entrar en el lugar. Allí entra siempre solo, con un cuenco de color en cada mano. Uno es del color que deja el fuego en la madera y el otro es como la sangre.
El hechicero me ha contado que hace falta contemplar los animales y concentrarse en su representación para que resulten inconfundibles. Cada bisonte, ciervo o jabalí es como un rito diferente al anterior que persigue que cada animal se mantenga en la posición de reposo y se deje cazar por nuestros hombres. Por eso es importante que se utilice un tamaño semejante al natural y que el bicho aparezca de perfil, porque en otra posición su forma nos confundiría y eso perjudicaría a la magia que nos da de comer cada día.
-"Observa a los bisontes, a los ciervos y a los caballos"- me dice-, "Si comprendes lo que piensan y lo que hacen, es seguro que sabrás representarlos mejor. Si yo muero, tal vez tú me sustituyas. Hace falta alguien que sepa. Nuestra magia es muy importante. Sin ella, seguramente, no habríamos llegado hasta aquí".
En el fondo de la cueva, los bisontes siguen vivos, porque sienten la nostalgia de los prados aunque estén paralizados. Allí viven encantados por el arte del gran mago y esperan la eternidad.

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