relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

El templo de Alá

Nuestro padre Alá insiste en el papel de la oración en común. No vale rezar en casa. Hay que ir a la Mezquita, nuestro templo, y reunirse con el resto de los hombres y rendir tributo a dios de rodillas y mirando hacia la Meca. La Mezquita ha de ser grande, porque sólo hay una en cada lugar, de manera que, si el sitio es grande o crece, la mezquita también ha de ser grande y también ha de crecer. 
En Córdoba, el sistema constructivo adintelado con vigas de madera lo permite, de manera que la Mezquita aumenta de tamaño desde el siglo VIII hasta el siglo XI, sin modificar nunca su esquema, un esquema arquitectónico que se compone primero de dos elementos de sustentación superpuestos, para llegar a una altura suficiente (columna de mármol con capitel, abajo, y pilar de sillares sobre cimacio y modillones de rollos, arriba). Luego, en la conexión entre ambos, actuando como arco de entibo, un arco de herradura en el que alternan el rojo de los ladrillos con el blanco de las dovelas de piedra arenisca. Y, para terminar, cargando sobre el pilar, arriba, un arco de medio punto, sobre el que apoyan las vigas. Esta mezcla de materiales, la superposición de arcos y el uso de arcos de entibo tiene un interesante precedente en la arquitectura romana: El acueducto de los Milagros de la ciudad de Mérida.
La Mezquita de Córdoba, después de sus sucesivas ampliaciones, es un templo inmenso, uno de los más grandes del mundo (23.400 metros cuadrados). Se compone de un patio, con fuente para las abluciones y con el alminar desde el que el muecín llama a los creyentes, y de la gran sala de oración. En ella, la repetición del mismo esquema es la base de esa sensación de orden y de regularidad que se siente en el interior del edificio.
La sala, profanada por una catedral cristiana, es un bosque de columnas que nos conduce hacia la Kibla, hacia el dorado Mihrab, hacia el lugar en donde Alá sigue escuchando nuestros rezos bajo el rumor pausado del río Guadalquivir. Escucha el rumor de los rezos.
http://www.youtube.com/watch?v=4CEwr7grzvE&feature=relmfu

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