relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

Pinturas de luz


Los hombres del gótico asociaron la luz a la ida de Dios. Los impresionistas descubrieron que la luz transforma los objetos y nos permite percibirlos de mil formas diferentes. Dan Flavin, el minimalista americano, construye espacios de luz con tubos fluorescentes de colores. Son líneas rectas de luz contra un muro, componiendo formas geométricas. Son formas simples, ortogonales siempre, repetidas en series continuas. Planos pictóricos, que a veces invaden todo el espacio, para constituir un camino o simular un monumento. Se basan en la repetición y producen sensaciones espaciales que dan mucho que pensar. Son fuegos artificiales sin pólvora y sin ruido. Expresiones de luz desmontable.
   

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