El edificio debió de ser tan importante como para que su arquitecto se esmerase en su construcción. El sillarejo, por ejemplo, es de gran calidad. Lo más destacable, sin embargo, es su sistema de construcción totalmente abovedado. Sus bóvedas de cañón de mortero u hormigón (como las romanas), reforzadas con arcos fajones, articulan el edificio. Cada arco fajón apoya en el interior sobre dos líneas de impostas paralelas, bajo las que hay arcos ciegos que parten de haces de columnas con fuste sogueado. En el exterior a los arcos fajones del interior les corresponden contrafuertes, los primeros contrafuertes de nuestra historia y además decorados con un relieve de líneas paralelas verticales. Los contrafuertes, además, aumentan la estabilidad del edificio y dan verticalidad a la fachadas. Los contrafuertes y los arcos fajones asturianos anteceden en un siglo a los contrafuertes de la arquitectura románica y son sus antecedentes más próximos. Sin embargo, el abovedamiento de hormigón del piso superior es el canto del cisne, la última expresión del abovedamiento romano, que es algo que se pierde, que se olvida casi definitivamente.
Otros aspectos extraños del edificio son el de su decoración con relieves con bandas o cintas de las que cuelgan medallones o clípeos con formas que, al parecer, se inspiran en tejidos bizantinos y la extraña arquería superior (también triple y también de arcos de medio punto peraltados sobre columnas) de las dos fachadas frontales, bajo el tejado a dos aguas, que simulan un tercer piso inexistente, y que nos recuerda a la llamada cámara del tesoro (que había existido ya en la arquitectura visigoda, sobre el altar de las iglesias). También es extraño que las claves de algunos arcos tengan forma de T y el tipo de arco elegido, el arco de medio punto peraltado de peralte recto. A pesar de sentirse herederos del reino visigótico no quisieron repetir el mismo arco de herradura. ¿Por qué lo rechazaron? ¿Pensaron que era demasiado parecido al de sus enemigos los musulmanes, que también usaban un arco de herradura, o pensaron que su forma era más práctica para dar esa tensión vertical que tan bien le viene al edificio? No sabemos qué pasó, pero sí de la elegancia del edificio, transformado en una falsa iglesia, por la adición de un más extraño altar exento, que se localiza en medio de la galería Norte, mirando hacia el cielo asturiano.
(www.artehistoria.com/arte/videos/719.htm)
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